La tecnología avanza a ritmos muy rápidos, así como lo hacen las herramientas que utilizan las empresas para trabajar con precisión y rapidez. Sin duda, una de las más importantes de los últimos años es el RFID (Radio Frequency Identification), un sistema que va más allá de los tradicionales códigos de barras ofreciendo un manejo mucho más rápido, seguro y fiable de productos en las diferentes etapas de la cadena de valor. Así, gracias a ello, empresas de muchos tipos de sectores pueden trabajar reduciendo errores, optimizando procesos y obteniendo mucho más clara la visibilidad sobre sus operaciones.
¿Qué es la tecnología RFID y cómo funciona?
La tecnología RFID se basa en un sistema automático de identificación que utiliza radiofrecuencias para transmitir datos de forma inalámbrica, por lo que es una tecnología aún más eficaz que la tradicional que usa código de barras, la cual requiere incluso la visibilidad directa entre lector y etiqueta.
Un sistema RFID consta de tres elementos:
- Etiqueta o tag RFID que tiene un chip y una antena que permite el almacenamiento y la transmisión de la información y que se puede ubicar en productos, documentos y equipamientos.
- Lector RFID que emite ondas de radio para activar la etiqueta y capturar sus datos.
- Software de gestión que permite procesar la información obtenida para que la empresa pueda usarla para rastrear y analizar y mejorar sus operaciones.
El funcionamiento es simple: el lector emite señales que activan la etiqueta y la etiqueta reacciona enviando la información almacenada (un código de serie, por ejemplo, o las especificaciones del producto). Todo ello ocurre en milisegundos y puede arrastrar a la vez muchos objetos, lo que convierte a esta tecnología en un sistema ideal para entornos en los que hay alto movimiento de mercancías o de activos.
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Diferencias clave entre RFID y el código de barras
Tanto el código de barras como la tecnología RFID cumplen la misma función principal, la de identificación de objetos: sin embargo, la forma de lograrlo y el grado de eficiencia resultan muy distintos. El código de barras se ha asentado como un estándar universal fundamental por su bajo coste y su facilidad de uso; en cambio, el RFID es un salto tecnológico que aporta rapidez, automatización y control en circunstancias de alta demanda.
A continuación pasamos a describir las diferencias más notables entre ambos:
Tipo de lectura
- Código de barras: es necesario que el escáner tenga contacto visual con la etiqueta. Si el código de barras está dañado o doblado o si la etiqueta está mal orientada, la lectura fallará. Ello implica que debe intervenir el operario pastelero, manipulando físicamente cada producto para escanearlo.
- RFID: emplea ondas de radio, lo que hace que no sea necesario que el lector esté alineado con la etiqueta. Ya sea que el objeto esté dentro de una caja, detrás de otro o incluso en movimiento, por sí mismo se podrá identificar sin problema.
Velocidad de lectura
- El código de barras permite un escaneo unidireccional, es decir, el escáner solo puede leer un único código de barras a la vez. Si el número de artículos asciende a cientos o miles de ejemplares, el tiempo que se suele tomar es bastante alto.
- Con RFID se puede leer masivamente y en paralelo decenas o incluso cientos de etiquetas en un solo escaneo, lo que mejora las operaciones de logística como la recepción de mercancías o las operaciones de control de lotes, o de seguimiento en las existencias de un almacén.
Capacidad de almacenamiento
- El código de barras almacena información muy limitada y estática: normalmente solo un número de identificación que necesita ser asociado a una base de datos externa para obtener más detalles sobre el producto.
- RFID, por su parte, permite que su etiqueta almacene información de manera no solo un identificador que puede verse a través de un escáner, sino que además puede almacenar información particular de cada artículo como por ejemplo la fecha de fabricación, lote, ubicación, historial de movimientos, características técnicas del producto, etc. Esta información puede ser modificada, actualizada e incluso borrada, sin necesidad de cambiar la etiqueta.
Resistencia y durabilidad
- Código de barras: su eficacia depende de la impresión que se haga sobre papel o etiquetas adhesivas las cuales son muy frágiles ante determinadas condiciones climáticas (humedad, rayaduras, polvo o el roce al que quedan sometidas en el día a día, etc.). Por eso muchas empresas recurren a una máquina impresora de etiquetas adhesivas buena que garantice una correcta legibilidad y continuidad en su aparición. Aun así, su durabilidad es limitada.
- RFID: son etiquetas que están diseñadas para dar la cara en situaciones más extremas, existen versiones que pueden resistir temperaturas extremas, mojarse en previsión de auténticas inundaciones o trabajos en ambientes industriales, por lo que mantiene su funcionalidad de una forma mucho más duradera.
Alcance de lectura
- Código de barras: requieren una proximidad muy cercana entre escáner y etiqueta, normalmente a pocos centímetros, lo que impide tocarlas directamente.
- RFID: se puede leer a varios metros de distancia (en función de etiqueta y lector empleados), lo que permite identificar productos sin tocarles y sin trasladar, instrucción que la etiqueta también proporciona, posiblemente dentro de pallets o contenedores.
Como conclusión, si bien el código de barras continúa siendo una alternativa accesible y práctica en aplicaciones sencillas, el RFID permite un salto cualitativo en rapidez, almacenamiento, durabilidad y distancia. Por lo que las empresas cada vez más lo ven como una inversión estratégica para modernizar sus procesos y estar en un entorno más digitalizado.
Principales beneficios del uso de RFID en empresas
El uso de la tecnología RFID se ha afianzado dentro de múltiples sectores, evidenciándose por la gran cantidad de ventajas que proporciona frente a sistemas de identificación tradicionales. Además, la capacidad de automatizar los procedimientos, de mejorar la trazabilidad y de ofrecer información en tiempo real, suponen un factor estratégico para las empresas que buscan optimizar la efectividad o mejorar la competitividad.
Identificación veloz y no en contacto
Una de las características más sobresalientes es que permite la lectura de productos y/o activos de una forma mucho más ágil. A diferencia del código de barras, el RFID no requiere que exista contacto visual entre la lectura y el artículo a identificar, ni que se dé la alineación directa del lector RFID ante la etiqueta. Por lo tanto, el proceso de «recogida» de artículos puede ser totalmente automático, independientemente del hecho de que estos se encuentren dentro de cajas o pallets. Se debería conseguir reducir los tiempos de espera y mejorar la producción en los procesos de recepción, traslado o envío.
Disminución de los errores humanos
El hecho de que los comprobantes se realicen a mano y que la captura de datos dependa de la lectura uno a uno contribuye al aumento de las posibilidades de error. Sin embargo, la captura de información masiva y automática, con RFID, posibilita una disminución de los errores en los registros conseguidos, y una mayor certeza en la información capturada.
Mejores niveles de trazabilidad de los productos
Las etiquetas de radiofrecuencia pueden almacenar información dinámica o variante, lo que vive el posicionamiento, recorrido o estado de un objeto en todo momento. Ésta es una función que proporciona visibilidad a las empresas en sus activos, favoreciendo la toma de decisiones o la mejora en la seguridad de las operaciones.
Optimización del proceso logístico
La lectura simultánea de centenares de etiquetas obtiene que las operaciones sean mucho más eficientes. Por ejemplo, la carga y descarga de mercancías, procesos de clasificación o los controles de entrada y salida se realizan en menos tiempo y recursos, lo que provoca ahorro de costes y mejora de la eficiencia operacional.
Mayor control sobre los activos y seguridad.
El RFID permite saber dónde están los productos en cada etapa, reduciéndose así el riesgo de extravío o robo. En sectores como el retail, salud o industria, este segundo control es fundamental para proteger activos de alto valor, así como para conseguir el cumplimiento normativo.
Adaptabilidad en diferentes contextos
Las etiquetas RFID pueden ser usadas bajo diversas condiciones, incluso en situaciones donde hay polvo, humedad y en otras industrias en las que controlan información extremadamente detallada, por ejemplo, hospitales o cadenas de suministro de alimentos. Esto permite su uso en casi cualquiera de las industrias.
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Aplicaciones prácticas del RFID en distintos sectores
La versatilidad del RFID lo convierte en una de las tecnologías más adoptadas a nivel global para modernizar procesos y aumentar la eficiencia. Su capacidad para identificar, rastrear y actualizar información en tiempo real ha abierto la puerta a aplicaciones muy diversas, que van desde el comercio hasta la salud.
Retail y supermercados
En el sector minorista, el RFID se utiliza para tener un mayor control sobre los productos en góndolas y almacenes. Gracias a esta tecnología, se puede identificar rápidamente qué artículos están disponibles, cuáles requieren reposición y en qué ubicación exacta se encuentran. Además, permite optimizar procesos de pago sin necesidad de escanear cada producto uno por uno.
Logística y transporte
En la cadena de suministro, el RFID es clave para rastrear mercancías en tiempo real. Desde el momento en que un pallet sale del proveedor hasta que llega al cliente final, las etiquetas RFID permiten verificar la ubicación, el estado y el tiempo de tránsito. Esto reduce pérdidas, mejora la transparencia y agiliza los procesos de despacho y recepción.
Sector salud
Los hospitales y clínicas utilizan el RFID para gestionar equipos médicos, insumos y medicamentos. Con esta tecnología es posible rastrear la ubicación de dispositivos críticos, monitorear la caducidad de fármacos e incluso controlar el acceso a áreas restringidas. De esta manera se refuerza la seguridad y se garantiza un mejor servicio a los pacientes.
Industria manufacturera
En fábricas y plantas de producción, el RFID facilita el seguimiento de piezas, herramientas y materias primas en las distintas etapas del proceso. Esto asegura que los componentes correctos lleguen a la línea de ensamblaje en el momento adecuado, reduciendo tiempos muertos y mejorando la productividad.
Bibliotecas y archivos
Cada vez más instituciones implementan RFID para gestionar préstamos y devoluciones de libros de manera automática. Con solo pasar por un lector, los usuarios pueden registrar la salida o entrada de materiales, evitando largas filas y facilitando la administración de grandes colecciones.
Eventos y control de accesos
El RFID también se usa en conciertos, conferencias y actividades deportivas para agilizar el ingreso del público mediante pulseras o tarjetas con etiquetas integradas. Esto mejora la seguridad, evita falsificaciones y ofrece información valiosa sobre la asistencia de los participantes.
En conclusión, el RFID no es exclusivo de un solo sector: su capacidad de adaptarse a diferentes entornos lo convierte en un aliado estratégico para cualquier industria que requiera mayor rapidez, precisión y trazabilidad. No es casualidad que muchas compañías lo integren junto con otros equipos para inventarios como parte de su modernización tecnológica.
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RFID: la tecnología que impulsa la eficiencia empresarial
El sistema RFID se ha convertido en una herramienta clave para la optimización y la gestión de procesos, para mejorar la trazabilidad y seguridad en un alto número de sectores productivos, gracias a que permite la identificación de productos de forma precisa, rápida y sin contacto, constituyéndose así como una innovación tecnológica que sustituye el tradicional sistema de código de barras. Junto con otras tecnologías como IoT o Big Data, el RFID ha abierto un nuevo horizonte en la búsqueda de oportunidades para la toma de decisiones y para la optimización de las operaciones, convirtiéndose así en una potente inversión que permita mejorar la competitividad y la productividad en el ámbito de la empresa.





